1) ¡Recicla! Busca un centro de reciclaje en tu localidad o crea uno. Debemos tener cuatro botes de basura: uno para el vidrio, otro para el papel, otro para envases y uno para restos orgánicos que se deben transformar en compost para utilizarlo en el jardín.
2) No uses bolsas de papel o plástico en el supermercado. Lleva tus propias bolsas o cestos. Recuerdo a mis padres cuando ahorraban reciclando las cosas. Debemos aprender de ellos y retornar a esos hábitos.
3) Utiliza jabones y detergentes biodegradables, para preservar las reservas de agua.
4) Aunque resulte incómodo, utiliza pañales de tela o biodegradables. Un alto porcentaje de la basura de los vertederos son pañales.
5) Antes de comprar un producto en aerosol comprueba que no contiene clorofluorocarbonos, ya que estos destruyen el ozono. Utiliza sprays con acción atomizadora en su lugar.
6) Demanda en la tienda donde compras o supermercado, frutas y verduras orgánicas (cultivadas sin productos químicos). Si esto no es posible, intenta consumir productos cultivados con el mínimo posible de químicos y lávalos bien o pélalos.
7) No comas atún mientras las pesqueras no accedan a liberar los delfines que quedan atrapados en sus redes, en lugar de dejarlos morir innecesariamente. He pasado cierto tiempo con estas criaturas maravillosamente evolucionadas y creo que el hecho de dejarlos morir es abominable. Podemos aprender mucho de ellos, ya que son tan inteligentes como nosotros, o más.
8) No uses prendas de piel auténtica –se ve mejor en los animales-. Usa imitaciones, abrigan igual, lucen bien y no animan la matanza de nuestros animales. También evita utilizar productos que se testean inhumanamente en animales.
9) Planta árboles. Necesitamos oxígeno. Yo regalo árboles y son uno de los obsequios que más me gusta recibir.
10) Disminuye el consumo de carne para ayudar a preservar las selvas tropicales de la tala con el fin de crear zonas de pastoreo para el ganado. Dos tercios de las selvas de América Central han sido taladas con este fin. El comer menos carne también proporcionará más cereales para alimentar a los pueblos hambrientos del mundo.
El tiempo se acaba, pero aun no es demasiado tarde. Todavía podemos salvar las selvas tropicales, a pesar de que, trágicamente, ya se ha perdido la mitad de ellas. Cada hora desaparece una especie en peligro de extinción. ¿Sabías que el 25% de los medicamentos provienen de las selvas tropicales? Puede que en ellas exista la cura para enfermedades como el cáncer y el sida. Perderíamos la oportunidad de descubrirlas si las selvas desaparecen.
Enseñémonos y a nuestros niños a valorar todas las formas de vida. Sigamos adelante positivamente con amor. Podemos y debemos cambiar las cosas. Somos miembros de una misma familia – nosotros, los árboles, las plantas y los animales vivimos bajo el mismo cielo -¡cuidemos nuestro hogar!
Desde mi corazón para el vuestro,
OLIVIA
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